El consejero de la Magistratura de CABA, Juan Pablo Zanetta expresó que hay dos concepciones antagónicas sobre la Justicia y el Estado de Derecho, quienes creemos que la Democracia y las Instituciones de la República se fundan en la división de poderes y en la independencia del Poder Judicial y del otro, quienes consideran que estas laboriosas conquistas de la humanidad son rémoras del pasado. Esta puja de concepciones se expresa claramente hoy en la disputa generada en torno a la reforma de la integración de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

“El proyecto oficialista de aumentar a veinticinco los integrantes de la Corte, bajo el falso pretexto de establecer una “Corte federal”, tiene como único objetivo subordinarla completamente al poder político. Así, el Máximo Tribunal, dejaría de ser el fiel de la balanza para ser la pesa que inclina alguno de los platillos de esta”.

“La Corte Suprema ya es federal. Es el único tribunal creado por la Constitución Nacional y sus integrantes son designados por el Presidente con acuerdo del Senado. En la actualidad, uno solo de sus integrantes es nacido en la Ciudad de Buenos Aires”.

“La idea del oficialismo pretende instaurar una especie de Senado paralelo de carácter jurisdiccional, en donde se arbitren y negocien las soluciones judiciales. Es una iniciativa que desconoce de manera palmaria la naturaleza jurídica del Poder Judicial en general y de la Corte Suprema en particular”.

“Lo que se busca es tener una Corte Suprema que deje de ser el custodio de la Constitución y las leyes, para convertirla en una institución que a través de sus fallos refleje los intereses y la voluntad de sus mandantes”.

“La ex presidenta, acorralada en su laberinto judicial, ha desatado una tormenta contra el principal legado de su esposo. Efectivamente, fue Néstor Kirchner quien propició -con gran consenso social y político- el fin de la mayoría automática de la Corte y la vuelta paulatina a un tribunal de cinco miembros. Los cuatro actuales fueron designados y asumieron como muestra de una clara aquiescencia política. Diversas decisiones que no han caído bien en algunos sectores del oficialismo, motivan este absurdo proyecto de reforma”, concluyó Zanetta.